Una incubadora de laboratorio es un instrumento que permite llevar a cabo en su interior una gran cantidad de procesos experimentales, tales como lo son los cultivos microbiológicos y celulares gracias a su capacidad de lograr la temperatura y humedad óptimas para ello, así como también los niveles de dióxido de carbono y oxígeno. Es decir, este equipo permite almacenar en un ambiente ideal estos cultivos, facilitando el desarrollo apropiado de los mismos gracias al control de variables como la temperatura, presión y circulación del aire.
Una incubadora de laboratorio posee por lo general con un sistema de resistencia eléctrica controlada por termostatos o controles microprocesados, y cuenta con dos modalidades de funcionamiento básicas: la convección natural, en donde el flujo de aire es generado por una diferencia de temperatura o la convección forzada, en la cual se utiliza un equipo externo como un ventilador o bomba de enfriamiento para crear una corriente de aire.