son más que simples electrodomésticos a gran escala. Han sido especialmente diseñadas para superar obstáculos de limpieza estándar con su capacidad de manejar grandes volúmenes de ropa, su superficie resistente al agua y sus potentes ciclos de limpieza. En el entorno médico, juegan un papel aún más fundamental: superar el desafío de limpiar materiales que pueden estar contaminados con patógenos peligrosos.
Las lavadoras industriales poseen ciclos de lavado especializados que superan las capacidades de las lavadoras comunes. Pueden alcanzar temperaturas de agua extremadamente altas, necesarias para eliminar bacterias y virus. Además, cuentan con programas de enjuague a fondo que aseguran la eliminación total de residuos detergentes y desinfectantes que podrían causar reacciones alérgicas en los pacientes o el personal. Esta eficiencia en la limpieza y desinfección de materiales es crucial en entornos de salud, donde los textiles pueden ser un vehículo para la propagación de infecciones.